Los desafíos son como las piedras en las que
tropezamos en nuestro camino. La primera impresión es que están ahí para
dificultarnos el paso y molestarnos; algunas veces parece que sólo nos
hacen perder tiempo, pero en otras es peor, porque nos hacen sufrir.
Si observamos con atención cómo reaccionamos ante estos desafíos,
descubrimos lo que está detrás de esa reacción y lo sacamos a la luz: esas
piedras se convierten en diamantes. Hay un regalo de inmenso valor detrás
de cada uno de ellos.
Los desafíos suelen crear
"músculos", y hacen que la persona adquiera experiencia, habilidad y
fuerza que puede acumular y utilizar. Si a esto le añadimos el
ingrediente mágico de la aceptación, el desafío se trasforma en un don.
Entonces nuestro camino se transforma: en lugar de un camino de trabas y
sufrimiento, se convierte en el mapa del tesoro, una aventura para descubrir
los regalos que la vida nos ofrece a cada paso.
La vida está tan bien organizada que tus dones, desafíos y el ciclo en
el que te encuentras encajan perfectamente para dar sentido "adónde y para
qué estás ahí". Así se crea el contexto para que suceda el próximo
paso en la evolución del alma. Esperamos que puedas darte cuenta de cómo
está sucediendo en cada paso o en cada nueva experiencia que la vida te
trae. Hemos vivido toda nuestra vida, con todos sus desafíos, para estar
aquí en este momento; visto desde ahora, cada paso que hemos dado nos ha
dirigido hasta donde estamos, como una preparación para vivir este momento
único; esto sucede momento a momento, a cada instante, y si nos damos
cuenta podemos vivirlo.
LA NIÑEZ
La vida es un proceso de
exploración de cualidades. Estas cualidades se exploran totalmente, de un
extremo a otro. Es como un arco que se tensa en un extremo para llevarnos
al otro cuando se suelta. Eso nos permite explorar esa cualidad en su
totalidad, para así poder integrarla y aceptarla.
La niñez puede verse también como el proceso de tensar ese arco hacia uno de
los extremos. Para que se cree esa tensión, el niño vivirá experiencias,
a través de sus padres y de todo su entorno, que le permitirán situarse en uno
de los extremos de cada cualidad que ha venido a explorar. En la niñez es
donde nos encontramos con las resistencias que luego, quizás a lo largo de toda
la vida, vamos a superar.
PROFESIÓN
Los trabajos que aparecen en esta sección son indicaciones o ejemplos que,
metafóricamente, se relacionan con el propósito de vida de cada número.
Cuando relacionamos los trabajos y profesiones con los propósitos de vida,
todos tienen el mismo valor y éste se relaciona con la metáfora de la ocupación
y no con su categoría profesional.
Hay que explorar esta
afirmación en términos que van más allá de un contexto social, en el que parece
que el director tiene más valor que el que recoge la basura. Por ejemplo,
en una gran empresa, el director puede ausentarse un mes y todo sigue funcionando,
pero si no aparece la persona que recoge la basura, en tres o cuatro días se
produce el caos. ¿Quién es más importante? Ambos tienen su valor,
ambos son necesarios para el funcionamiento de la empresa.
Cuando nos damos cuenta de
que todos somos necesarios ya no tiene sentido quién es más importante.
En términos espirituales, todas estas comparaciones carecen de sentido, no se
trata de criterios sociales ni económicos; metafóricamente,
dedicarse a limpiar tiene mucho valor, ya que se puede decir que nos pasamos
una buena parte de la vida limpiando nuestras ideas sobre el pasado y nuestras
visiones sobre el futuro.
Los trabajos que realizamos son otra de las metáforas claras de nuestro
propósito o misión en la vida. Esta aportación es mucho más amplia que el
concepto social o "trabajo". Nos dedicamos a nuestro propósito
desde que nacemos y durante toda la vida.
SALUD
El alma ya ha elegido explorar una serie de cualidades en esta vida, de forma
que dirige a la persona para que realice su propósito. Cuando por
algún motivo, el "yo" se resiste a ello, cuando no afronta
conscientemente sus desafíos, el alma trata de llamarle la atención. Si
sigue sin escuchar, le habla a través del cuerpo, y si la situación se prolonga
el tiempo suficiente, la voz se convierte en grito y puede manifestarse a
través de enfermedades y problemas físicos específicos; cada uno de esos
síntomas tiene un mensaje para la persona.
Si hay un gran interés por
saber como se relacionan cada síntoma con las resistencias que ponemos,
consultar "La Medicina del Alma".
Los síntomas, sean los que fueren, representan indicaciones de resistencias en
el camino; cuando uno no escucha o no sigue su aventura, el cuerpo se
queja.
RELACIONES
Ser de uno u otro número no es un inconveniente para tener una relación con
cualquier persona. La única dificultad para relacionarse con otro es
resistirse a conocerse uno mismo, a dejarse conocer y a conocer al otro.
El o Ella están contigo porque tienen algo que aportarte y tú algo que
darle. Tú elegiste a tu pareja, igual que las otras circunstancias de tu
vida. El problema es que uno está insatisfecho consigo mismo y lo
proyecta sobre su pareja. Esa insatisfacción personal, que ya estaba ahí
antes de empezar la relación, es uno de los principales obstáculos para la
convivencia. Uno cree que le faltan cosas, que tiene carencias, agujeros,
y cree que la otra persona se los va a llenar; no se da cuenta que no le
falta ningún pedazo.
Cada persona tiene su aspecto
energético y en cualquier relación hay que estar muy consciente de no dirigir
la energía contra la otra persona, como por ejemplo sucede en una discusión.
Una relación con fricción no
es una mala relación; al contrario, cuantos más desafíos se presentan,
más permiten evolucionar a ambos.
Los dos miembros de la pareja
son como dos diamantes que se pulen el uno al otro: cuando más se frotan, más
brillan, y una luz más clara puede pasar a través de ellos.
Esto es válido para cualquier
relación personal y no sólo para relaciones de pareja. La energía global
de un grupo de personas se halla sumando los números del alma de los miembros
que lo componen.
Fuente: Contando con tu Alma
de Eric Rolf
La niñez puede verse también como el proceso de tensar ese arco hacia uno de los extremos. Para que se cree esa tensión, el niño vivirá experiencias, a través de sus padres y de todo su entorno, que le permitirán situarse en uno de los extremos de cada cualidad que ha venido a explorar. En la niñez es donde nos encontramos con las resistencias que luego, quizás a lo largo de toda la vida, vamos a superar.
Los trabajos que aparecen en esta sección son indicaciones o ejemplos que, metafóricamente, se relacionan con el propósito de vida de cada número. Cuando relacionamos los trabajos y profesiones con los propósitos de vida, todos tienen el mismo valor y éste se relaciona con la metáfora de la ocupación y no con su categoría profesional.
Los trabajos que realizamos son otra de las metáforas claras de nuestro propósito o misión en la vida. Esta aportación es mucho más amplia que el concepto social o "trabajo". Nos dedicamos a nuestro propósito desde que nacemos y durante toda la vida.
SALUD
El alma ya ha elegido explorar una serie de cualidades en esta vida, de forma que dirige a la persona para que realice su propósito. Cuando por algún motivo, el "yo" se resiste a ello, cuando no afronta conscientemente sus desafíos, el alma trata de llamarle la atención. Si sigue sin escuchar, le habla a través del cuerpo, y si la situación se prolonga el tiempo suficiente, la voz se convierte en grito y puede manifestarse a través de enfermedades y problemas físicos específicos; cada uno de esos síntomas tiene un mensaje para la persona.
Los síntomas, sean los que fueren, representan indicaciones de resistencias en el camino; cuando uno no escucha o no sigue su aventura, el cuerpo se queja.
Ser de uno u otro número no es un inconveniente para tener una relación con cualquier persona. La única dificultad para relacionarse con otro es resistirse a conocerse uno mismo, a dejarse conocer y a conocer al otro.
El o Ella están contigo porque tienen algo que aportarte y tú algo que darle. Tú elegiste a tu pareja, igual que las otras circunstancias de tu vida. El problema es que uno está insatisfecho consigo mismo y lo proyecta sobre su pareja. Esa insatisfacción personal, que ya estaba ahí antes de empezar la relación, es uno de los principales obstáculos para la convivencia. Uno cree que le faltan cosas, que tiene carencias, agujeros, y cree que la otra persona se los va a llenar; no se da cuenta que no le falta ningún pedazo.
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