"Con las manos,
cariño. Si lo haces con la mente, en lugar de aliviar el dolor, éste se
endurece aún más".
"¿Con las manos abuela?
"Sí. Nuestras manos
son las antenas de nuestra alma. Si las mueves tejiendo, cocinando, pintando,
jugando o hundiéndolas en la tierra, envías señales de cuidado a la parte más
profunda de ti. Y tu alma se ilumina, porque le estás prestando atención.
Entonces las señales del dolor ya no serán necesarias".