QUE ES UNA CANALIZACION?
La Canalización Espiritual, o channeling (como se le conoce en inglés) es la técnica mediante la cual un individuo (el canalizador), establece contacto con seres que no se encuentran en el plano físico, lo que incluye tanto entidades de vibración elevada, como entes del bajo astral.
La canalización espiritual
es un tratamiento especial que se basa
en los conocimientos y sensibilidades psíquicas de una persona, logrando
canalizar la información espiritual que proviene de otras dimensiones, con
el objetivo de responder a las dudas y encontrar las soluciones que estamos
buscando.
Todos los seres humanos poseemos la capacidad de canalizar, así como de cambiar nuestra frecuencia de vibración
energética, sólo que la mayoría no cultiva esta cualidad y prefieren asociar
estas comunicaciones, no convencionales, con los efectos de su imaginación o el
estrés.
Canalizar es el acto de recibir el mensaje de un ser de luz de
vibración elevada y plasmarlo en la materia. Tanto la
recepción como la transmisión del mensaje pueden darse de diferentes maneras.
Somos seres espirituales de luz que vivimos una experiencia
humana a diario, donde es posible que los
problemas y las dificultades nos abrumen y llegue el momento donde no
encontremos soluciones factibles o un espacio de calma donde podamos
liberarnos.
Haciendo uso de técnicas
como la visualización, la meditación o trabajos energéticos específicos, los
cuales hacen posible los procesos de apertura, integración y desarrollo de lo
vivido. Por medio de la Canalización
Espiritual se puede establecer conexión con entidades angélicas, desencarnados,
maestros ascendidos y la propia divinidad interior: el Yo Superior o Yo Divino.
Nosotros somos una estructura compleja y multidimensional que
supera al cuerpo físico. Desde los sentidos
físicos es imposible abordar esta realidad mayor. Hay que recordar que además
del cuerpo físico tenemos cuerpos sutiles.
Canalizar sería decodificar un mensaje (vibración) que
proviene de un plano superior y se puede traducir de diferentes formas.
El mensaje puede recibirse
durante un sueño, una meditación o una sesión en la que se invoca la presencia
de un guía. Asimismo, puede transmitirse
por medio de la escritura, la voz, la pintura, la escultura, la danza, la
sanación o cualquier tipo de terapia energética. La canalización también
puede ocurrir en momentos espontáneos e inesperados.
Al canalizar estamos en contacto con una vibración más
elevada, por lo que conseguimos:
– Sentirnos más
equilibrados y en paz.
– Estar más conectados con
la divinidad.
– Estar más capacitados
para lidiar eficazmente con los problemas cotidianos.
– Elevar la vibración del
entorno donde canalizamos y la propia.
Es importante saber y
conocer que cuando somos intermediarios y hacemos un servicio real con energías
sutiles y poderosas, no solo somos “canales” de esas Energías que entran al
Planeta, sino que además esas energías
producen por cambios energéticos en quienes se han puesto en canal para el
servicio.
Puede canalizar cualquier
persona. Todos tenemos las mismas capacidades. Lo que marca la diferencia entre
unas personas y otras a la hora de canalizar son factores como:
Éste es un pilar básico a
la hora de canalizar. Cuanto más confiemos en que podemos canalizar más fácil
nos resultará. Creer que no puedo, que no sirvo o que no estoy preparado es el
mayor generador de bloqueos a la hora de canalizar.
Todos podemos, todos
servimos y todos estamos preparados para canalizar. Es una capacidad inherente
al ser humano.
A la hora de canalizar
ayuda muchísimo la voluntad de hacerlo y la disposición para practicar a
diario. Si llevamos toda la vida sin utilizar esta maravillosa herramienta (al
menos conscientemente), es posible que se requiera cierta dosis de constancia
para afinarla. Canalizar de manera continuada durante 21 días garantiza la
adopción de la nueva costumbre, algo que nos ayudará a desarrollar ampliamente
nuestra facultad de canalizar.
Todos podemos comunicarnos
con nuestro guía espiritual, pero no todos hemos venido a canalizar mensajes
para los demás o para el mundo. A las personas que sí han venido a hacerlo
suele resultarles más fácil y fluido comenzar a canalizar.
La aceptación y
observación del proceso es lo único necesario; sin apegos y juicios. Es
necesario desidentificarse de lo que va siendo purificado para no alimentar el
mal ego.
De esta manera podemos
comprender que “servir” implica indefectiblemente “cambiar” para bien. Estos
cambios, son purificaciones que se evidencian en movimientos internos del ego
inferior que comienza a ser consumido poco a poco, liberándose así el alma.
Los guías son seres de luz
de vibración muy elevada que nos acompañan, durante las diferentes etapas de
nuestra vida, para ayudarnos a evolucionar en armonía
Los guías están con
nosotros, principalmente, para ayudarnos a seguir el plan de vida que trazamos
antes de nacer, o para que volvamos a vivir conforme a él, si lo hemos
abandonado. El plan de vida de cada ser
humano incluye las lecciones que el alma desea aprender durante la nueva
encarnación y la misión que quiere desempeñar.
Día a día, nuestros guías
nos ayudan a recuperar la confianza en nosotros mismos, a creer en nuestras
sensaciones y a escuchar la voz del corazón.
Ya que es el alma quien
decide cuál será su plan de vida, y el alma habita en el corazón, somos
nosotros mismos los que disponemos de todas las respuestas que necesitamos para
avanzar en armonía o recuperar la paz interior. Los guías nos impulsarán a convertirnos en nuestros mejores consejeros
a la hora de tomar una decisión.
Al disponernos a canalizar
no estamos haciendo nada extraordinario ni sobrenatural. Canalizar es más
sencillo de lo que parece.
Somos nosotros, con nuestras dudas, prejuicios y resistencias,
los que lo hacemos difícil o lo bloqueamos.
Hay muchos seres de luz
esperando a que les permitamos transmitirnos su mensaje. Al abrirnos a ellos
les estamos haciendo un gran favor, porque les facilitamos su trabajo. Cuando
pensamos en los seres de luz como dioses a los que adorar o como grandes
maestros muy diferentes de nosotros, los alejamos. Los guías son cercanos y amorosos, humildes y sinceros.
No buscan nuestra adoración, sino nuestra evolución.
Para evolucionar tenemos
que empezar a considerarnos grandes y capaces. Seres de luz también, en misión
sobre la Tierra.
LA VOZ INTERIOR
Hay varias maneras de
percibir la voz de nuestros guías.
Podemos encontrarla en el
arte, la inspiración literaria o científica, en las coincidencias…
La más natural y espontánea es la voz que “oímos” en el
interior de nuestra cabeza. Esa voz tan parecida a la
nuestra que nos lleva a creer que somos nosotros mismos quienes nos
contestamos.
La mayor parte de las canalizaciones se producen por
telepatía.
Los guías suelen
comunicarse con nosotros transmitiéndonos sus pensamientos, y de ese modo
también captan los nuestros.
Cuando ellos nos envían un mensaje, nuestra mente capta la
señal y la traduce en palabras con la misma voz que usamos para pensar.
Para poder canalizar, hay que poder estar anclados en el
“Ahora”.
Por eso es importante que
esta conexión sea parte de nuestra vida cotidiana, y no solo como parte de
momentos aislados.
Reconectarse con El Yo superior no es más que vivir
conscientemente y en un sentimiento de amor expansivo.
Por ello cuanto más
consciente vivo, más consciente estaré de esta conexión que en realidad es
permanente.
Lo importante es volver al ritmo interno, ya que, viviendo desde el ajetreo de la vida, como
generalmente se hace, hacia afuera y desconectados es que no podemos hacer nada
que tenga que ver con el propósito del Ser.
Por ello es que es
fundamental volver al centro, y estar
presente en cada acción, y esto nos va a posibilitar decidir sobre cada momento
y circunstancia de modo consciente como cocreadores de nuestra realidad.
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