QUERIDO KARMA:
Te escribo esta carta personal para decirte que Tú y Yo, tenemos que
negociar la deuda adquirida por mí en vidas pasadas y que ni siquiera sé a
cuánto asciende.
Ni a quién le debo, ni cuánto.
No me parece justo que me cobres con intereses, y además no me suena
equitativo que tú tengas todos los datos y papeles con mis deudas y yo no tenga
ninguna información al respecto.
Y menos que mis deudores se presenten camuflados de amigos y amantes.
En esta vida, me comprometo a ser cien por ciento, a salir de las medias
tintas y a restaurar toda injusticia que pueda, hablando siempre de mi vida
personal.
La injusticia del mundo me supera, no me puedo comprometer a resolverla
completa, pero si puedo accionar desde mí y mi libre albedrío, y anclar la Luz
en todas las situaciones que se crucen en mi vida.
A cambio, te pido que no pongas más en mi camino a mis antiguos errores, al
menos no camuflados de amantes, jefes, “maestros espirituales” y amigos.
Ya entendí.
Y desde hoy, con todo amor te despido de mi vida Karma, y me entrego por
completo al Dharma, tu amigo y socio.
La leen varias veces la firman, y la queman igual que la carta anterior.
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