Cuando eres humilde ante la perfección de los acontecimientos, porque comprendes que todo está ahí como una oportunidad para ver, que no hay nada fuera ajeno a ti, que eso que te retuerce las tripas, que no te deja dormir, eso que más rechazas y sientes que te separa, también eres tú.
Cuando eres consciente de la inocencia de la Vida, o lo que es lo mismo, de la inocencia de tu hermano, puedes sentir tu propia inocencia.
Cuando eres consciente de tu inocencia, se te abren de par en par las puertas del Paraíso. Ése del que te alejaste cuando creíste que eras culpable, ese del que te alejas cada vez que culpas a alguien, o a ti mismo.
Te quiero pedir ahora, que recuerdes la única Verdad... que eres Amor, y que la inocencia es tu don Divino, tu estandarte de Libertad. Recuerda ahora, que has venido aquí tan solo para Ser…
Ser Libre para expresar el Amor que eres.
Ser Libre para recordar que pase lo que pase ya Eres.
Ya no tienes que seguir creyendo que estás preso de tus propios pensamientos o emociones, o de las de los demás.
Sólo vive atento, y observa, cada emoción, pensamiento, o sensación, y al igual que a un hijo que vuelve a casa, abrázalo con Amor.
Y te prometo, que este dolor, poco a poco se irá disolviendo como polvo de estrellas en el viento.
Ahora ya puedes relajarte, estás a salvo. Ya no tienes que seguir siendo una víctima, porque sabes que tienes el poder de elegir en cada momento, simplemente Ser.
Y todos estamos a una, lo que echas fuera, lo echas dentro.
Lo que observas en ti, me ayuda, me eleva, observado queda.
Te miro y me veo, cuanto más me siento, más te comprendo.
¿Acaso no estamos hechos del mismo polvo de estrellas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario