A veces tienes que
comprometerte a sentirte peor con el fin de sentirte mejor. A veces tienes que
perder la esperanza de sentirte mejor, antes de sentirte mejor. A veces el
sanar implica mantenerte muy presente a las poderosas olas de sensación que se
mueven en tu cuerpo. A veces el cuerpo tiembla, se convulsiona; a veces duele,
suda, arde, mientras elimina toxinas, liberando toda la energía.
La mente dice: «Estoy
empeorando». El corazón sabe que estás perfectamente bien.
La verdadera sanación no
es la eliminación de los síntomas, entonces, sino el coraje, la confianza, y la
conexión con cada aliento, y también saber que los síntomas pueden tomar más
fuerza antes de desaparecer. Y podrían nunca desaparecer. Y aún así, podrías enamorarte
de ti mismo tal y como estás en este momento, sin importar el futuro, y podrías
caer de rodillas en gratitud, porque se te ha dado un día más en esta preciosa
tierra.
Tal vez el hecho de
sentirte peor fue lo mejor que te pudo haber pasado. Porque jamás habías
sentido la presencia del amor con tanta claridad, y tu camino nunca había sido
tan evidente, y nunca te habías sentido tan vivo.
Autor: Jeff Foster
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