Aquí tienes dos formas para *ponerte en contacto con tu niño interior*:
♥
Lleva las manos a tu corazón y desde ahí trae un recuerdo, ya sea del pasado o del presente
que te produzca una agradable sensación; puede ser una sensación
de ligereza, gracia, ternura o diversión.
Puedes ayudarte de algún recuerdo entrañable que te
guste recordar. Después vas a centrarte en las sensaciones que te produce este
recuerdo, justo después trata de expandir esa sensación, ínflala, y *cuando
sientas que ya has conectado con tu niño interior, le vas a decir mentalmente o
en voz alta*:
Bendito niño interior
A partir de
ahora te reconozco
A partir de
ahora te protejo
A partir de ahora te cuido
A partir de ahora escucho tus demandas
A partir de ahora tengo en cuenta tus necesidades
A partir de ahora ya no estarás solo
♥
Una variante de este ejercicio es utilizar un peluche o muñeco
(o en su defecto una almohada) que simbolice tu niño
interior; le vas a poner en tu regazo diciéndole lo mucho que le quieres, dile cosas bonitas y
todo aquello que consideras necesita oír, trátalo con mucho mimo.
Puedes hacer este ejercicio siempre que quieras o
cuando algún día sientas que una parte importante de ti ha sido vulnerada y tu
niño interior te pide sofocadamente que le reconfortes.
Te animo a que te pongas en contacto con tu niño
interior, empezar a mimarlo es una forma de potenciar el amor por ti mismo
porque el niño interior se encuentra fuertemente vinculado con nuestra
autoestima.
Nuestro niño interior o parte infantil sabe
intuitivamente que es lo que le sienta bien a nuestro espíritu, a veces no te
va a demandar o susurrar grandes cosas, si no que más bien te ayudará a
recobrar la actitud de disfrute, juego y sencillez que caracteriza a los niños
y que les vuelve tan especiales.
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