La vida es un baile ... cuando una puerta se
cierra, otra se abre, cuando un camino acaba, otro comienza ... nada está
estático en el universo, todo se mueve sin parar y todo lo que resulta siempre
es lo mejor.
Habitúese a pensar de esta
manera: todo lo que viene es bueno, todo lo que parte también.
Es el baile de la vida ...
danza de la forma en que se presente y
sin apego o resistencia.
Nada de pánico con las
enfermedades ... son despertadores, tienen la misión de despertarnos.
En caso contrario
permaneceríamos distraídos con las seducciones del mundo material, olvidando a
qué vinimos a este planeta.
El universo nos ha enviado
aquí para cosas más importantes que comer, dormir, pagar las facturas ...
vinimos para darnos cuenta de lo Divino que hay en nosotros.
Toda inercia es un des-servicio a la Obra Divina.
Hay un mundo para ser
transformado, tu función ... es contribuir a dejarlo mejor de lo que lo has
encontrado. Recursos para eso, Tu los tienes,
sólo falta la voluntad de servir a Dios sirviendo a los hombres.
No digas que la gente es
difícil y que la convivencia entre los seres humanos es imposible. Todas las
personas se están esforzando para cumplir bien con la misión que les fue
confiada.
Si das pasos más firmes,
tenga paciencia con sus compañeros de viaje.
A pesar de que los caminos
son diferentes, estamos todos siguiendo la misma dirección, en la búsqueda de
la misma Luz.
Y cada vez que la
impaciencia amenace tu buena voluntad con el caminar de un semejante, has el
ejercicio de la compasión.
Ella te ayudará a darte
cuenta que en realidad, nadie está entorpeciendo tu camino ni queriendo hacerte
algún mal, está sólo tratando de ser feliz, así como tú.
Cuando nos ponemos en el
lugar del otro, algo muy mágico ocurre dentro de nosotros: el corazón se abre,
la generosidad se instala dentro de él y nace a partir de allí, una gran
comprensión del propósito más grande de la existencia, que es la práctica del
AMOR.
Cuando miramos a una
persona con los ojos del corazón, percibimos el parentesco de nuestras almas.
Somos una sola energía,
juntos formamos un enorme tejido de luz ... no existen las distancias físicas.
La física cuántica ya
demostró que todo es una ilusión.
Estamos interconectados
por cables invisibles que nos conectan con el Creador de la Vida.
Mi tristeza contamina el
bienestar de mi vecino, así como mi alegría entusiasma a alguien en el otro
lado del mundo.
Es imposible herir a alguien sin también ser herido, recuerde
eso.
El ejercicio diario de la
compasión nos hace a nosotros, seres
humanos de primera clase.
Reflexión sobre nuestra
misión en la Tierra 🌏
Texto de André Louis
Traducido del portugués
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