Hermosa
lista de cosas que hacen y dicen las personas que se aman y quieren a sí
mismas. Ojalá te identifiques con estas cosas, sería señal de buena autoestima.
Me
quiero tanto que voy a cuidarme: Voy a mimarme por dentro y por fuera. Cuidaré
mi cuerpo y cuidaré mi espíritu. Lo haré porque quiero vivir muchos años y
quiero hacerlo con tanta fuerza física como sea posible y, a la vez, como mujer
valiente y tenaz, capaz de levantarme cada vez que caigo.
Me
quiero tanto que seré honesta conmigo misma: ¿Qué es lo que realmente quiero?
¿A quién necesito? ¿Qué es lo que me quita la alegría? ¿Qué o quién me llena de
gozo? ¿Y si es lo contrario de lo esperado? Da igual. Si yo no soy honesta
conmigo misma, ¿cómo podré encarar los años que me quedan por vivir?
Me
quiero tanto que rehusaré ser dictada por mis miedos: Mi miedo al fracaso, mi
miedo a perder, mi miedo a no saber hacer. No haré caso a las voces que me
llenan de dudas. No prestaré atención a las dificultades ni a las sensaciones
malas que me roban la ilusión.
Me
quiero tanto que me importa un bledo lo que pienses de mí: ¿Te causo desprecio?
¿Te ríes de mis sueños? ¿Mi vida te parece ridícula? Me da igual. Saber quién
soy y a dónde voy está por encima de tu opinión.
Me
quiero tanto que no me conformaré con lo bueno: En lugar de conformarme con lo
que simplemente es bueno, perseguiré lo mejor. ¿Y sabes qué? Lo mejor para mi
vida puede no ser lo que todos creen. Lo mejor para mi paz interior, para
experimentar un gozo duradero puede chocar contra las modas establecidas,
contra las expectativas, contra la corriente del mundo…
Me
quiero tanto que me rodearé de personas honestas, auténticas y constructivas:
No perderé el tiempo cultivando amistades que me hunden, que me desalientan,
que me quitan la fe y la fuerza. Yo no necesito eso. Yo no me merezco eso.
Me
quiero tanto que pasaré el tiempo que necesite a solas, conmigo misma:
Escucharé el silencio, encontraré la fortaleza que tanto necesito. Descubriré
que no estoy sola, que Dios está conmigo y que habla más alto y claro de lo que
yo pensaba. Que habla palabras de amor y de aceptación, de consuelo y de
esperanza. Y que me quiere más de lo que yo imaginaba.
Me
quiero tanto que diré “NO” tantas veces como haga falta: No. No. No. Mientras
yo no quiera algo, seguiré diciendo que no.
Me
quiero tanto que sé querer a otros: Sé escuchar, sé ser prudente.
Sé
mostrar compasión porque tengo compasión de mí misma. Sé dejar de juzgar. Sé
regalar sonrisas y levantar al que se ha caído, porque yo me he caído muchas
veces y gracias a Dios aún estoy sonriendo…
Autor:
Rebeca Byler
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