Fue en aquellos momentos de crisis, cuando
descubrí que no soy irrompible, que puedo quebrarme en mil pedazos parada en
medio de la calle, sin que nadie se de cuenta y seguir caminando.
Fue en aquellos momentos de crisis cuando
aprendí a nadar en el lodo, sola, completamente sola y aún así seguir confiando
en mí.
Fueron aquellos momentos de crisis los que me
obligaron a parirme desde el dolor más profundo.
Gracias a las crisis entendí que puedo morir y
seguir respirando, que la tristeza lejos de
ser mi enemiga es mi gran maestra, la que me estaca en el momento presente para
hacerme entender que no se puede ser la misma por mucho tiempo, que la vida es
fluidez, dejar ir, soltar.
Fue en los
momentos de crisis que me sentí muy sola, muchas veces queriendo escapar para
entender luego que a donde quiera que vaya iba a cargar con las circunstancias
que me ocasionaban temor.
En esos momentos
de intensa soledad sentí que me encontraba en el desierto, que no había nada
que hacer más que permanecer sin desesperar, porque más allá de toda desolación
estaba yo misma para rescatarme.
Y allí al fin
comprendí, que no dejarme sola era mi cura, que ver las sombras de cerca me
hacían más verdadera, que podía quedarme sin palabras y que todo eso estaba
bien.
Fue en aquellos
momentos de crisis cuando me hice más sabia, porque experimenté en carne propia
la más grande ilusión que es el aparentar, para luego decidirme a ser.
Fue durante las
crisis que comprendí que atreverme a ser vulnerable, fue mi mayor bendición. Y
me crecieron flores en las heridas, para perfumarme el alma y nunca más
alejarme de mí....
Autora: ƝƛƬƛԼƖƛ ԼЄƜƖƬƛƝ
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