ENERGIA CONCILIADORA

Me ha llamado la atención esta linda amistad, porque nos hace ver que entre la especie animal también existe una necesidad de aceptación, de amistad, de reciprocidad.

En la costa de China meriodional, en una isla del estuario del río de las Perlas, centenares de monos viven en una reserva natural de 8.000 hectáreas.

Fue allí donde uno de estos simios hizo amistad con una paloma. La paloma llegó a la reserva un día de septiembre de 2007. La adoptaron y meses después un empleado del parque encontró una cría de macaco que estaba sola y muy débil. Tendría apenas tres meses y era muy pequeña para sobrevivir por sí sola en la selva, expuesta a las serpientes pitón y a otros depredadores. Durante dos meses, el monito y la paloma compartieron espacio y deleitaron a los visitantes. La extraña pareja convivía y se cuidaba mutuamente. Comían maíz que traía la paloma y por la noche dormían juntos en la jaula. Se llevaban estupendamente, pero el personal del parque sabía que vivirían mejor en libertad. Desde que les soltaron, los trabajadores se preguntan si la pareja habrá vivido un reencuentro.

La periodista del National Geographic Jennifer S. Holland ha recopilado en el libro “Amigos inesperados “ 47 historias increíbles sobre animales que, sin tener nada en común, han establecido vínculos de ‘amistad’ en distintos puntos del planeta como Sudáfrica, Alemania, India, Japón o el Círculo Polar Ártico.

Según la autora, este tipo de vínculos se suelen dar entre animales en cautividad, que al no competir por sus necesidades básicas, dejan fluir su “energía emocional”.

Puede que los animales estrechen lazos al tener la comida asegurada, o puede que la necesidad de tener un buen amigo no sea exclusivamente humana, por ello crean una energía conciliadora, ya que no siendo  de la misma especie son capaces de crear vínculos entre ellos, y vínculos importantes ya que les permite la sobrevivencia.