Para todas las mujeres
maduras y sagaces que están aprendiendo cuando es el momento justo para decir
su verdad y no callar, o callar cuando el silencio es más fuerte que las
palabras.
Para todas las mujeres que
están llegando a la madurez, que están aprendiendo a ser gentiles cuando sería
más fácil ser crueles, que saben poder herir cuando la situación lo reclama con
un corte neto y preciso, que se están ejercitando a decir toda la verdad con
toda piedad.
Para todas aquellas que
violan las convenciones y estrechan la mano de los extranjeros saludándolos
como si los hubieran visto crecer y los conocieran desde siempre...
Para todas aquellas que
están aprendiendo a sacudir los huesos, remover las aguas, y la cama, pero
también a aplacar la tempestad.
Para aquellas que custodian
el aceite de las lámparas, que mantienen la calma en la vida cotidiana...
Para aquellas que
perpetúan los rituales, que recuerdan como encender el fuego con un simple hilo
y un sílice...
Para aquellas que recitan
las antiguas plegarias, que recuerdan los símbolos, las formas, las palabras,
las melodías, las danzas, y aquello que los ritos, en otro tiempo, buscaban
aplacar....
Para aquellas que bendicen
con frecuencia y con gusto a los demás...
Para aquellas mujeres
maduras que no tienen miedo, o que si lo tienen, deciden de todos modos
accionar con determinación...
Por ellas... que tengan
una larga vida, en fuerza y en salud desplegando todas las velas de su inmenso
espíritu.
Clarissa Pinkola Estés
"La danza delle grandi madri"
1 comentario:
Por todas ellas y por nosotras, que tenemos la pequeña luz cotidiana que mantener. Abrazo
Publicar un comentario