Todo está tan
perfectamente hilado que todas las piezas encajan para nuestra sanación, la
familia de nuestra pareja no es sólo la familia de nuestra pareja sino la
constelación que hemos elegido para sanarnos.
Cada vez que en nuestra
mente los rechazamos y pensamos que nos los soportamos y que seríamos mucho más
felices sin ellos, nos estamos dañando a nosotros mismos y generando problemas
en el plano físico.
Cada vez que aparentamos
estar bien y somos correctos y agradables con ellos, cuando en realidad en
nuestra mente no los soportamos nos estamos dañando a nosotros mismos con
nuestra falta de coherencia y estamos manifestando problemas en el plano
físico.
La única solución sería la
aceptación, aceptar que ellos sólo me reflejan lo que tengo pendiente de sanar
con mi familia de origen y expresarles honestamente desde el corazón lo que me
duele. Si nos abriéramos a expresar honesta e íntegramente lo que sentimos sin
atacar al otro, se acabarían muchos de nuestros conflictos que en última
instancia sólo son malentendidos.
Todos los conflictos que tenemos con nuestra pareja, con su
familia, hijos o parejas previas representan traumas no sanados de nuestra
infancia.
Nosotros los percibimos a
su familia como el ogro feroz, como las personas que más vienen a fastidiarnos,
cuando realmente son las personas que más nos impulsan y más nos sanan.
Nosotros aprendimos unas
estrategias para ganarnos el amor, que nos llevan a manipular en todas nuestras
relaciones, esas estrategias o patrones disfuncionales surgieron como
consecuencia derivada de un trauma y la forma insana de relacionarnos en
nuestras familias de origen.
Esas estrategias que nos
ayudaron a crecer y sobrevivir, pero con el tiempo se convierten en nuestra
cárcel, en nuestro ego, en la estructura de nuestra personalidad y no nos dejan
ser libres y felices, nos hacen vivir condicionados.
La familia de nuestra
pareja nos repite los traumas y las heridas de nuestra infancia, justo esos
escenarios que estamos intentando evitar utilizando nuestras estrategias de
supervivencia para ganarnos el amor. Es paradójico, pero justo eso que antes
funcionaba con nuestra familia de origen, ahora nos genera conflictos.
El juego está diseñado de
ese modo para nuestra sanación.
De modo que los conflictos
con esta nueva familia nos están sanando porque de pronto nuestras estrategias
ya no funcionan y no nos queda más remedio que volver a nuestra esencia.
Si yo aprendí a competir
con mi hermano por la atención de papa y yo ganaba. Ahora que soy adulta y la
vida me está repitiendo el escenario, en esta ocasión si compito por la
atención de mi pareja, siempre pierdo. Hasta que aprendo a estar en paz y
relajarme sin sentirme amenazada por el hijo de mi pareja.
En el momento en el que
dejo de eclipsar y opacar al otro, dejo de competir, es decir me sano, el hijo
de mi pareja cambia radicalmente su actitud hacia mi y pasa de hostil a
amoroso.
Si yo aprendí a ser la más
inteligente porque en mi casa me premiaban mi intelectualidad o mis notas, la
familia de mi pareja se va a sentir amenazada por esta faceta de mi
personalidad. En lugar de potenciarme esta actitud como hacían en mi casa, me
van a ridiculizar y repeler cuando trato de ser la destacada o la intelectual,
de este modo están sanándome, aunque yo los percibo como un fastidio. Ya que yo
inconscientemente estoy tratando de agradar a personas que se sienten
inferiores cuando están frente a un intelectual, de modo que yo me sano y
elimino la necesidad de destacar intelectualmente, ya que es una estrategia de
mi ego y ellos paulatinamente dejan de sentirse inferiores al acostumbrarse a
mi presencia y todos nos sanamos en ese proceso.
Cuando las cosas parecen
ser más difíciles y complejas la familia de mi pareja me está haciendo soltar
las estrategias disfuncionales que aprendí en la infancia proveyéndome de una
inmensa oportunidad de sanación.
Sentir y llorar las
emociones que me provocan estas situaciones es una pieza clave de mi sanación
ya que son emociones enquistadas desde la infancia.
De modo que cada vez que
haya un conflicto siente y llora tus emociones.
Cada vez que surja la
ocasión siente tus emociones.
No las juzgues, aunque sea
tristeza o rabia, siéntelas, llóralas, permítelas, sumérgete en ellas y después
de sentirlas poco a poco te sanaras.
Esos traumas cerraron tu
corazón al amor real cuando eras niño y estos conflictos te permiten sentir
todas esas emociones enquistadas.
No las juzgues, no pienses
que no deberías de estar sintiendo esto, no hagas como que no te duele, párate,
llóralas, siéntelas, permítelas.
Permite el proceso y
sentirás paulatinamente amor y un gran alivio ya que los conflictos están
precisamente diseñados para liberar todas las emociones que tienes enquistadas
desde la infancia.
¡Sentir esas emociones es la clave de tu sanación, permite el
proceso y siéntelo todo a tope!!!
Cada vez que permites que
el dolor aflore en tu vida y lo sientes en toda su intensidad, estás eligiendo
la sanación, estás eligiendo la paz y te estás amando.
Y recuerda que el
conflicto está en tu mente, no solucionas nada siendo educado, correcto, atento
y agradable mientras en tu mente hay pensamientos de rabia y rechazo hacia
ellos. Si lo quieres solucionar en tu vida has de hacerlo primero en tu mente.
El alma gemela no es
alguien que te complementa y te hace feliz sino alguien que está diseñado para
hacerte soltar todos tus patrones disfuncionales, para confrontarte y
devolverte a ti mismo, para hacerte retornar a tu ser o esencia divina.
Esta sagrada misión no
sólo le atañe a él o ella sino a toda su familia ya que como todos somos uno y
realmente no estamos separados, toda la unión está diseñada para sanar tus
heridas, mediante los conflictos pertinentes.
Suena raro decirlo, pero
los conflictos nos sanan.
Vivimos tan condicionados
tratado de evitarlos escondidos en nuestra personalidad que nuestra pareja y su
familia vienen a generarnos todos los conflictos que necesitamos para nuestra
evolución, sanación y retorno a nuestra naturaleza esencial. No vienen a
hacernos felices sino a llevarnos a nuestra esencia en la que ya somos felices.
Vienen a hacernos sentir
todo lo que no queremos sentir y a llevarnos a soltar todos nuestros patrones
disfuncionales para hacernos descansar en la paz del ser, en la que ya somos
felices.
Esos conflictos te llevan
a dejar de escuchar tu cabeza y volver a escuchar tu corazón.
Autora: Covadonga Perez
1 comentario:
todo lo que dice esta entrada es cierto. Me gustó leer.
Siempre he pensado que por la familia de mi esposo lo tengo a él por eso me he llevado muy bien con mi suegra y mis cuñadas. Al querer a mi pareja los quiero a ellos.
Un beso.
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