miércoles, 8 de mayo de 2019

CARTA A MI NIÑA INTERIOR


Hola mi niña hermosa. No temas. No te escondas ni te calles. Yo sí te puedo escuchar y sí comprendo lo que sientes. El mundo no es lo que tú crees, es incluso aún más cruel e insensible, pero aquí estoy yo para contarte acerca de eso y para sacarte ese pesar en tus hombros.

Sé qué por mucho tiempo te has preguntado el porqué de varias situaciones que te han causado  dolor y desesperanza. Es que tu alma está tallada a base de esa sensibilidad propia dela infancia, llena de ilusiones y sueños que ni el brujo más malvado puede aquietar. Ese escudo que construiste con tus historias te cuidará durante largos años pero un día tendrás que sacarte la venda y exponer tu vulnerabilidad de la manera más estoica posible.

No encuentres en estas palabras pesimismo o desolación sino lo contrario. Vine a dejarte un mensaje para que abraces hasta que crezcas y no lo sueltes. Ahora cierra los ojos y siente:

Cuando nadie escuche tus buenas noticias, yo sí estaré ahí y en el futuro serás la encargada de darlas tú a quiénes más las necesiten.

Cuando esperes demasiado esa muestra de atención que no llega, en realidad la vida te estará regalando una enseñanza: le dedicarás tú el tiempo que deseas a las personas que te valoren de verdad y así podrás crear lazos auténticos y especiales.

Cuando la soledad te agobie y no la comprendas, déjame decirte que te empezarás a convertir en una guerrera rebelde y justiciera y, en un futuro, lograrás acompañar a muchas más personas a través del tiempo y la distancia.  Estarás tan llena de amor que no habrá rincón de tu mundo que se olvide de ti.

Cuando la crueldad humana te ponga a prueba la confianza, por favor, recuerda que habrá aquellos que luego te sanarán esas heridas y te reciclarán la fe.

Cuando creas que no habrá hombre que luchará por ganar tu corazón de princesa, te equivocas. Te cruzarás caballeros que te deslumbrarán y te devolverán un poco de esa magia que te alimentó tus noches. Y, al final, hallarás al indicado pero antes sigue ocupándote de amarte y cuidarte.

Y cuando pienses que tus sueños son inalcanzables, aprieta los puños, frunce el ceño y repite en silencio: “vine al mundo a ser feliz y a cumplir lo que me pide el corazón. Nada ni nadie se opondrá en mi camino hacia la felicidad. Estoy segura, lo lograré.”

Tu voz llegará hasta donde tú quieras y eso que parecía imposible sucederá. Eres y seguirás siendo esa niña de mirada transparente que hoy descubrió que su aparente fragilidad era el puente para alcanzar lo que el universo le ha prometido.

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