sábado, 12 de enero de 2019

RECUPERANDO LA ALEGRÍA. . .




CÓMO SANAR LAS HERIDAS Y RECUPERAR LA ALEGRÍA
El daño sufrido en el pasado puede condicionar nuestro presente. Pero si tratamos a nuestro niño interior con amor incondicional, reaparece la alegría.
Jorge Bucay
 "En una ciudad cualquiera, en un tiempo cualquiera, en una calle cualquiera, un perrito callejero es atropellado. El pobre animal queda tendido en la acera. Dos amigos que pasan por allí caminando y que no han llegado a presenciar el accidente, ven el perro herido, jadeando con angustia.

Uno de los dos amigos se acerca al animal y trata de levantarlo para llevarlo hasta un veterinario. Al intentar pasar una mano debajo de su cuerpo, el perro gruñe y muestra los dientes. Cuando el muchacho lo vuelve a intentar, el perro le muerde. El joven lo suelta y, mirándose la herida, se queja con su amigo:
—Perro desagradecido... Lo quiero ayudar y encima me muerde.
El otro palmea la espalda de su amigo tratando de calmarlo:
—No te enfades –le dice, mientras intenta limpiarle la pequeña herida con su pañuelo–. No ha intentado morderte por maldad ni por falta de gratitud. Muerde porque está herido".

NUESTRAS ACTITUDES NEURÓTICAS, INCOMPRENSIBLES Y AUTODESTRUCTIVAS TIENEN SU ORIGEN EN HERIDAS DE OTRO TIEMPO

Los psicólogos y los terapeutas de todas las líneas y escuelas sabemos, desde hace mucho, que la totalidad de nuestras actitudes neuróticas, incomprensibles, dañinas y autodestructivas, tienen su origen en heridas de otro tiempo:
Traumas, golpes, abandonos y vejaciones de las cuales fuimos víctimas cuando todavía no podíamos defendernos, cuando ni siquiera podíamos terminar de comprender lo que nos estaba pasando.

EL DOLOR DEL PASADO

Desde donde sea que se guarden esos traumas –en el inconsciente inaccesible de la ortodoxia psicoanalítica, en la historia negada de los psicoterapeutas constructivistas, en la memoria corporal de los holistas o, como pensamos muchos, en el niño o niña que fuimos y sigue vivo en nosotros–; desde allí, el dolor ligado a nuestro pasado influye, condiciona y perturba nuestro presente, ciñendo nuestro potencial y jugando en contra de nuestros mejores proyectos.
Genialmente, John Bradshaw, el más didáctico de los terapeutas contemporáneos, llamó a estos aspectos el niño herido interior.
Muy frecuentemente, ese niño interior sufre el no haber superado las consecuencias de una deficiente actuación de su padre o madre, o la falta de herramientas de su entorno para contener situaciones difíciles, como son, por ejemplo, la muerte de una figura importante o una debacle socioeconómica familiar.

SANAR HERIDAS

Escuchar y cuidar nuestro niño interior
Por lo general, no se trata solamente de alguna frustración o hecho doloroso, pues la vida de todos las incluye y las incluirá.
Se trata de la represión de los sentimientos ligados a esos episodios. Esta represión puede ser consciente o no; puede ser por mandato o por imitación.
Si un niño no aprende a dejarse sentir y a expresar, especialmente por miedo a ser rechazado, terminará irremediablemente desconectado, asustado y distante de todo y de todos.

EL NIÑO HERIDO SIENTE, CREE, SABE O RECUERDA LA AMENAZA DE NO SER AMADO SI HACÍA ESO O AQUELLO O SI DEJABA DE HACERLO

La fantasía del desamor o del abandono crea un vacío que se intentará llenar después con actitudes inadecuadas, repetición de conductas, manipulación de los demás, adicciones y autodestrucción (depresión, aislamiento, autoboicot...) o cuando no, como en el cuento, con respuestas agresivas y hostiles hacia todo y hacia todos.
Nuestro niño interior representa nuestra parte más vital y espontánea. Sus dolores son los nuestros y su desamparo, nuestra desesperación.

SANARLO ES SANAR NUESTRO PASADO Y, POR LO TANTO, “CURAR” NUESTRA EXISTENCIA PRESENTE Y FUTURA

No se trata de “re-educar” al niño interior sino de dejarlo ser. Es un descubrimiento (des-cubrimiento) de nuestras esencias y habilidades olvidadas. Muchas veces sentimos rechazo por estos aspectos reprimidos y tenemos miedo de que el dolor nos invada, de que nos paralice o de que nos destruya.

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