En los últimos años se ha
visto y cada vez más la remisión espontánea
de enfermedades, en casos de personas diagnosticadas de afecciones como cáncer,
diabetes o raros trastornos genéticos para los cuales la medicina no tenía
cura.
Se analizó a gente con trastornos
cardiovasculares como taquicardia, arritmia, hipertensión; a gente que tenía
elevados niveles de colesterol, enfisema, problemas endocrinos como trastornos
tiroideos… Interesaba saber si existían factores en común entre estas personas.
Descubrió que todas las personas que experimentaban una remisión espontánea tenían
cuatro cosas en común…
- INTELIGENCIA ESPIRITUAL.
La primera era que cada persona
aceptaba y creía que había una inteligencia divina que controlaba su cuerpo.
Puede que algunos lo llamen inteligencia espiritual y otros digan que es una
mente superior o una mente más profunda pero todos aceptaban que había una
mente mucho más grande que ellos, que realmente sabía más que ellos, y que si
conseguían conectarse con esta inteligencia, quizás se encargaría de curarlos…
Aunque a esta inteligencia mística
la llamamos inteligencia espiritual, en realidad no tiene nada de mística. Es
la misma inteligencia que hace que tu corazón lata en este momento. Tu corazón
bombea siete litros y medio de sangre por minuto, más de trescientos setenta y
ocho litros de sangre por hora, late cien mil veces al día, cuarenta millones
de veces al año y más de tres mil millones de veces en una vida. Bombea
constantemente sin que tengas que pensar en ello conscientemente. Si consideras
esto, hay un orden, una inteligencia que te da vida…
Lo interesante de esta
inteligencia es que tiene una voluntad independiente de tu voluntad. Te da vida
constante y sistemáticamente. Su voluntad trasciende tu voluntad. Su mente
trasciende tu mente y mantienen un orden en el cuerpo físico.
- TU PENSAMIENTO CONTRIBUYE A TU ENFERMEDAD.
Todos creían que sus pensamientos,
su modo de pensar, su mentalidad, a la larga contribuía de hecho a su
enfermedad: si mis pensamientos contribuyen a mi
enfermedad, tal vez deba cambiar el modo de pensar que tuve estos últimos años.
Cada vez que piensas, fabricas una
sustancia química. Si tus pensamientos son buenos, elevados o felices, fabricas
sustancias químicas que te hacen sentir bien o feliz. Si tus pensamientos son
negativos o malos, o de inseguridad, fabricas sustancias químicas que te hacen
sentir exactamente como piensas. Cada sustancia que se libera en el cerebro es
literalmente un mensaje que alimenta al cuerpo físico.
Entonces, tu cuerpo empieza a
sentir como piensas. Y cuando empiezas a sentir como piensas sucede algo asombroso:
el cerebro que está en constante comunicación con el cuerpo, consulta con éste
y empieza a pensar de la manera en que sientes; lo que a su vez produce más
sustancias químicas que te permite sentir como piensas y pensar como sientes.
Así quedas atrapado en el ciclo de pensar y sentir entre el cerebro y el
cuerpo. La consecuencia indirecta final de esto es que creas un estado de ser.
Y este estado de ser se convierte en tu modo de pensar. En otras palabras, los
sentimientos se han convertido en tu modo de pensar. Y cuando los sentimientos
se convierten en tu modo de pensar, estás atrapado en un ciclo donde el cuerpo
literalmente piensa por ti.
Estas personas razonaron: mis pensamientos han creado esta
enfermedad y mis pensamientos crean estas sustancias químicas que me hacen
sentir y comportarme de cierta manera, tendré que cambiar mi modo de
pensar. Entonces se propusieron interrumpir el proceso.
- REINVÉNTATE A TI MISMO.
Estas personas decidieron que para
interrumpir su proceso de pensamiento tenían que reinventarse a sí mismos,
tenían que convertirse en otra persona. Y cuando comenzaron a pensar en quiénes
querían ser, pararon el ciclo continuo de reacciones entre pensar y sentir y se
hicieron algunas presuntas importantes: ¿Cómo sería ser una persona feliz? ¿A
quién conozco en mi vida que sea feliz? ¿Qué tendría que cambiar en mí para ser
una persona diferente? ¿A quién de la antigüedad admiro que haya sido
magnífico, cuyas cualidades y virtudes pudiera aplicar para empezar a formular
un nuevo ideal de mí mismo?
Estas personas se pusieron a
contemplar los supuestos, las posibilidades, los potenciales de quiénes querían
llegar a ser. Y a medida que lo hacían, su cerebro empezó a cambiar. Empezaron
a pensar de otro modo, y el proceso de pensamiento empezó a formar conexiones
en su cerebro que se convirtieron en una plataforma para su modo de ser. De
modo que empezaron a acumular información, empezaron a examinar opciones
diferentes al modo de ser que habían sostenido durante los últimos años de su
vida.
- ESTADO DE FLUJO.
Lo último que tenían en común, el
cuarto punto, es que cuando las personas se reinventaron a sí mismas, pasaban
largos ratos sin tener noción del tiempo y del espacio. Se hallaban tan
absortos en lo que estaban pensando, tan sumidas en su metamorfosis que cuando
abrían los ojos o encendían la luz de la habitación o se destapaban los ojos,
les había parecido cinco minutos pero, en realidad, había pasado una hora y
media o dos horas. Se habían sumido tanto en lo que pensaban que perdieron la
noción del tiempo y del espacio; perdieron la noción de las reacciones
continuas que se dan entre el cuerpo y el cerebro, perdieron la noción de la
respuesta que el cerebro recibe siempre del entorno, y perdieron la noción del
tiempo.
Tu cerebro procesa unos
cuatrocientos mil millones de bits de información por segundo pero solo eres
consciente de unos dos mil de estos cuatrocientos mil millones. Esos dos mil
bits de información donde está presente tu conciencia solo tienen que ver con
tres cosas: con la respuesta que recibes del cuerpo (me duele la espalda, tengo
hambre…), la respuesta del entorno (hace demasiado frío, me agrada el olor del
ambiente…)y la respuesta en relación con el tiempo (cuánto tiempo pasará hasta
que suceda…). Tu cerebro está inmerso en estas cosas en particular y aunque
procese cuatrocientos mil millones de bits de información, tu conciencia está
puesta solo en esos dos mil. Estas personas que tuvieron remisiones espontáneas
trasladaron su conciencia desde esas cosas en particular a esos otros bits de información;
y al hacerlo, el cerebro empieza a diseñar circuitos nuevos y nuevas
conexiones.
A partir de estos cuatro factores,
¿Qué sucede en el cerebro de estas personas que determinaba lo que sucedía en
su cuerpo físico? ¿Sería posible que hubiese cambiado su mentalidad y que ésta
tuviera un efecto fisiológico en el cuerpo físico?
Algunas de estas personas no eran
vegetarianas, no usaban cristales, no ayunaban, no acudían a terapias
alternativas… lo único que hicieron fue cambiar su mentalidad. Y al cambiar su
mentalidad, se produjeron resultados tangibles en sus vidas.
Independientemente de su cultura,
de su credo, de su nivel de educación o de su religión, o sexo, básicamente
dijeron: voy a observar un resultado diferente y
voy a aferrarme a esta observación independientemente de la reacción de mi
cuerpo, independientemente de la reacción de mi entorno e independientemente
del tiempo.
En la mayoría de las especies de
la naturaleza, lo que las hace cambiar son las exposiciones a ciertos estímulos
desfavorables del medio ambiente, ante los cuales tienen que adaptarse para
sobrevivir. Una vez que la especie consigue adaptarse a un entorno específico
tras varias generaciones, esa especie modifica su comportamiento y cambia su
genética: esto se llama evolución. Pero los seres humanos no necesitamos hacer
esto. Debido al tamaño del lóbulo frontal y a nuestra capacidad de especular
sobre las posibilidades, preguntarnos sobre los potenciales y contemplar las
eventualidades, podemos inventar nuevas ideas y nuevos modos de ser. Nos da el
privilegio de modificar una conducta en una misma vida, incluso en una semana o
un día. Lo único que necesitas dominar es este arte que se llama observación.
Esto permite que ocurra algo asombroso en tu cerebro: el lóbulo frontal baja el
volumen de los estímulos externos, baja el volumen del cuerpo y baja el volumen
del tiempo, y lo único que se vuelve real es tu pensamiento; tu cerebro se
convierte en el amplificador de tu pensamiento. Mientras estés enfocados en
algo, todo lo demás desaparece. Esto hace que se establezcan nuevas conexiones
en tu cerebro produciéndose un cambio físico en el mismo; lo que te permitirá
percibir la realidad de otra manera. Empezarás a ver cosas que ya estaban allí
pero que antes no percibías.
Cuando adquieres un nuevo
conocimiento, el cerebro empieza a reestructurarse, empieza a adquirir nuevos
conexiones y nuevos patrones. Si puedes mantener estas conexiones durante un
largo periodo de tiempo, puedes modificar y cambiar tu comportamiento.
Lo que ocurrió con las personas
con remisiones espontáneas es que adquirieron conocimiento y aplicaron ese
conocimiento al plantearse posibilidades, y comprendieron que si podían
conectarse con esa inteligencia, si conseguían igualar su amor por la vida al
de esa inteligencia (ya que eso es continuamente lo que esa inteligencia hace),
el hecho de cambiar sus pensamientos causaría un efecto a nivel fisiológico en
su cuerpo. El proceso de reinventarse significaba reorganizar esos circuitos
hacia un nivel más extraordinario de sí mismos. Y así, continuaron repitiéndolo
hasta que ese sistema quedó instalado en su cuerpo, hasta que realmente fueron
capaces de SER eso.
Porque una vez que ERES algo, eso
se ha fijado permanentemente de modo que ya no tienes que pensar en ello,
produciendo cambios físicos en tu cerebro. Convirtiéndote en un nuevo patrón de
ser y abandonando y renunciando a esa vieja forma de pensar y sentir que estaba
muy ligada a tu entorno y una forma de interpretar el mundo basada en tu viejo
“yo”.
Tal vez lo que les sucedió a
aquellas personas es que aquellos viejos sentimientos estaban ligados a viejas
experiencias que fueron la verdadera causa de la enfermedad, y tal vez al
reinventarse a sí mismos, las personas se liberaron y dejaron que sus
pensamientos fueran más reales que todo lo demás, creando un nuevo individuo.
Las remisiones espontáneas tal vez
no son milagros, en absoluto. Tal vez esas personas se convirtieron en alguien
diferente y tal vez creyeron que esta inteligencia los respaldaría y les daría
vida. Y su vida cambió, y su salud cambió, y su futuro cambio.
La mente pura tiene un efecto
directo sobre tu cuerpo físico y sobre la naturaleza de la realidad; y afecta
directamente a la materia. Cuando llevas a cabo estas ideas y las aplicas a tu
vida te conviertes en el científico que evalúa su propia observación. Y tal vez
este sea el entendimiento inicial, el primer entendimiento de lo que significa
tener un cerebro inmortal.
Fuente: Dr. Joe Dispenza
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