sábado, 7 de octubre de 2017

EL DINERO . . .



Mejora tu relación con el dinero. La mayoría de las personas no relacionan sus creencias, con el dinero. Todos llevamos incorporado un termostato mental que marca el límite máximo sobre el dinero que te permites. Esto depende, en gran medida, de las mentiras que te hayas creído acerca del dinero: no me interesa el dinero, no puedes ser rico y espiritual, para hacerse rico hay que trabajar mucho, 

pobre pero honrado, es más noble y espiritual ser pobre, los ricos son gente mala, no puedes divertirte y ganar dinero, no soy buena con el dinero, si yo gano es que alguien pierde, no hay suficiente dinero para todos, más vale malo conocido que bueno por conocer, el dinero no es importante, el dinero corrompe, cuanto más ganas más impuestos pagas, el dinero no da la felicidad, el dinero es sucio…¿Te suenan? No te preocupes, lo importante no es lo que pensabas sino cómo vas a empezar a pensar a partir de ahora. ¡Desecha las creencias que no te ayuden a llevarte bien con el dinero! Durante mucho tiempo pensé que una persona espiritual no necesitaba el dinero.
Aumenta tu coeficiente de inteligencia financiera. La inteligencia financiera es lo que hace ricas a las personas y no el dinero. Esta consiste básicamente en dejar de trabajar por dinero y crear un sistema de ingresos múltiples que trabaje para ti. ¡Sí, has leído bien, quizás sea tu sueño hecho realidad!
-Contar con una única fuente de ingresos es una temeridad: crea un sistema de ingresos pasivos, es decir, aquellos que una vez creados siguen proporcionando ingresos sin apenas esfuerzo porque no requieren tu presencia, ni demasiado mantenimiento.
-Diferencia entre empleo y activo. Si trabajas en un empleo, cada vez tienes que trabajar más para ganar lo mismo. Si creas un activo cada vez trabajas menos hasta que empieza a trabajar para ti. No puedes poseer un empleo pero sí puedes poseer un activo. No puedes vender un empleo pero sí puedes vender un activo. Un empleo deja de darte dinero cuando te detienes y en cambio un activo seguirá proporcionándote dinero después. ¿Ves la diferencia? Un trabajador está tan ocupado en su trabajo que no tiene tiempo de pensar cómo hacerse rico.
-No trates de resolver los problemas de dinero sólo con dinero. ¡Sé creativo!
-Vender tiempo es limitarse. Sólo dispones de 24 horas al día. Cuando tú te paras tus ingresos paran.
-Todo en la vida tiene un precio y el dinero no es una excepción, ¿estás dispuesto a pagarlo?
-Diferencia entre gasto bueno y gasto malo. ¿Gasto bueno? Como te lo digo. El gasto bueno se paga a si mismo (es una inversión disfrazada de gasto). El gasto malo lo paga quien lo hace y no lo recupera nunca (es un despilfarro disfrazado de necesidad).
-Reduce el uso de tarjetas de crédito. Acostúmbrate a pagar en efectivo. Si crees que, al fin y al cabo, es lo mismo. Prueba durante un tiempo, ¡qué tienes que perder!
-Aprende el vocabulario de la riqueza. Por ejemplo, hay palabras muy pobres como: fácil, difícil, suerte, imposible, problema, fracaso, intentar, miedo… Y palabras muy prósperas como: misión, compromiso, ilusión, servicio, oportunidad, confianza, inversión, pasión… Recuerdo que en un taller que estaba impartiendo sobre solución de problemas, hablando precisamente del vocabulario que utilizamos, una señora me preguntaba con cara extrañada ¿Va a cambiar algo mi vida porque cambie las palabras que utilizo? ¡Pues sí señora! Ya dijo el filósofo inglés Ludwig Wittgenstein:  Los limites de mi lenguaje son los limites de mi mundo. Pero no me creas, no tienes por qué creerme -le dije- ponlo en práctica y me cuentas. Si quieres saber más acerca de cómo nos afectan las creencias y el lenguaje, lee sobre PNL (programación neurolinguítica)
Haz de tu talento una profesión que proporcione sentido y significado a las personas, a cuantas más, mejor. Algunas pistas que nos proporciona el autor sobre la dirección que está tomando el mundo profesional con esta globalización que, por cierto, viene para quedarse: Si tu trabajo puede hacerlo un ordenador, búscate otro. Si tu trabajo puede hacerlo un robot, búscate otro. Si tu trabajo se basa en la experiencia, búscate otro. Si tu trabajo no es creativo, búscate otro. Si tu trabajo no aporta significado, búscate otro. Si tu trabajo es muy manual, búscate otro. Si tu trabajo puede digitalizarse, búscate otro. Si tu trabajo puede hacerse por menos, búscate otro. Si tu trabajo no te apasiona, búscate otro. Y si ya lo has buscado y no lo encuentras, ¡Créalo tú! Hazte un favor: no desperdicies tu talento en un trabajo anodino.


Fuente: El Codigo del Dinero de Raimon Samso

No hay comentarios:

CONJURO DE TRANSFORMACIÓN

  Transformo mi miedo en coraje Lo menos en más Los viejos patrones enquistados en respuestas frescas e inocentes La ira en respiracio...